Sólo un simple juego.
-¿Jugamos?
+¿A qué?
-Es un juego muy divertido, pero no tiene nombre.
+Bueno, vale. ¿En qué consiste?
-Te explico: Tenemos que pasar mucho rato juntos, cada día un poco más; Quedar, hacer como si nos acabáramos de conocer, y poco a poco ganar más confianza. Podremos besarnos, abrazarnos, acariciarnos, e incluso acostarnos.
+¿Y las reglas?
-Solo hay una única regla, y es que en este juego, no se pueden usar los sentimientos.
+Pero eso… ¡Eso es imposible!
-Que va, es bien fácil. El primero que sienta dependencia del otro, pierde; No se puede echar de menos, ni soñar despierto, ni susurrar su nombre, ni sonreír idiotamente cuando sus recuerdos acudan a tu cabeza.
+Entonces… ¿No puedes enamorarte?
-No, a no ser que quieras perder
+Bueno, se puede intentar…
“Todos empezamos jugando, divirtiéndonos a costa del placer que transmite un simple beso. Algunos ganan y se mantienen impasibles. Pero la gran mayoría pierde, enredándose en una tela de araña, siendo devorados por el traicionero amor."
No hay comentarios:
Publicar un comentario