Me tienes, me tienes de verdad. Me has ganado y eso no lo duda nadie. Has echo que rompiera mi promesa de no volver a amar, y siento que debo ir a por todas. Esta vez hay muchos puntos en mi contra, y quizá por eso me guste, porque es difícil. Sin embargo has devuelto la alegría a mis días, me haces sonreír con tan solo una mirada, o una simple palabra. Esa sonrisa estúpida que me sacas sin querer, y que me encanta. No es nada fácil, no puedo evitar sentirme mal al pensar que si yo consigo ser feliz, otra persona dejará de serlo. Porque siempre he tenido en cuenta no hacerle a los demás lo que no me gusta que me hagan a mi. Tampoco puedo evitar pararme a pensar en ¿porqué yo? Creo que tienes una compañía increíble, y sin embargo arriesgas todo de esta forma por mi. Por eso me siento así, como una pieza que no acaba de encajar en tu vida, pero que espera que tu consigas hacer que encaje a la perfección. Y ya es tarde, no hay marcha atrás, cada día consigues ganarme un poco más. Seguiré a delante, hasta que tu me digas que pare. No te voy a entregar mi corazón a la primera, porque no quiero que me vuelvan a hacer daño, pero quiero pensar que esta vez será distinto, quiero confiar en ti. Solo espero que me abraces fuerte, y me digas que todo va a salir bien, que me vas a querer, que viajaremos de la mano algún día, que cumplirás todas tus promesas y que cuando estés listo harás que todo esto sea mucho más fácil.
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