Me encuentro sin rumbo, sin final.

De nuevo vuelvo al mismo cuento con final infeliz. Vuelvo a plantearme el olvidarte, solo porque tú me has pedido que lo haga por segunda vez. Estoy harta de ti, de tus contradicciones. Dices si y no 50 veces, y así solo consigues hacer que yo lo pase peor. ¿Porqué? Si esta vez te di todo mi amor para ti, sin ningún hombre de por medio, sin nadie de por medio, solo para ti...¿Por qué entonces me dices de nuevo que no llegaremos a ser nada más? Intento olvidarte, te prometo que lo intento, aunque ni si quiera yo me vea capacitada para eso. No sabes la impotencia que siento al tenerte tan cerca, escucharte cuando te acercas a mí para hablar sin más, sentir el tacto de tus labios en mi mejilla, cuando hace meses lo sentía sobre mis labios... No sabes lo que es eso, nunca lo sabrás. Lo peor es que empiezo a pensar que nunca te he conocido de verdad, que tengo una idea equivocada sobre quien eres, y que no debería de seguir confiando en ti, en todo lo que me dices. Aún así sigo pensando que mi camino está junto a ti, y que al final acabaremos caminando juntos, por el mismo sendero, de la mano... Por que así lo decidirá el destino.