5.8.14

Miedo.

Me gustaría tener siempre 18 años. Que mi vida se quedase como ahora, que aún sin ser perfecta, siento que de verdad lo es. Porque todo por lo que he luchado hasta ahora, por lo que quiero seguir luchando en un futuro, me va a llevar en unos días lejos de lo que más quiero, mi familia y mis amigos. Dicen que todo tiene un precio, y sin duda este el precio más alto que la vida me ha cobrado. Y es que estoy deseosa de empezar una nueva vida en otra ciudad, conocer a nuevas personas, y empezar a labrar de verdad mi futuro como periodista, pero aún no me imagino cómo será despertar y no escuchar la voz de mi madre dándome los buenos días, no despedirme de mi padre cuando se marche al trabajo, enfadarme con mi hermano porque llegamos tarde al instituto y se marcha sin mi, llegar y no ver a las personas que me han alegrado los días y las noches estos 12-14 años atrás, o no poder vivir cada día los recibimientos de mi perra. No puedo imaginarme como va a ser mi vida. Y tengo miedo, porque todos tenemos algo de miedo a lo desconocido, a lo que aún no hemos vivido, es irremediable. Miedo a no ser aceptada, a defraudarte a ti misma, a no alcanzar lo que te propones, a no saber ser autosuficiente, a echar demasiado de menos lo que has dejado atrás. Tengo miedo a tantas cosas que preferiría que el tiempo se parase en este justo momento, en el que no estoy haciendo nada más allá que escuchar a Lady Antebellum y escribir este texto, pero teniendo la certeza de que tras una pared tengo a las tres personas más importantes de mi vida, y de que en la misma ciudad están las personas que me han hecho feliz a lo largo de casi toda una vida. Puede que mi vida llegue a ser mejor incluso dentro de un mes, que es el tiempo que me queda aquí, pero sin duda lo que he vivido hasta ahora, las personas que me han acompañado, no las voy a olvidar nunca... ni quiero ni podría. No sé que voy a hacer sin todos ellos, no sé que voy a hacer sin quejarme de lo mucho que odio mi ciudad, porque estoy segura que luego la echaré de menos tanto como a estas personas. Ahora sí, sólo me queda aprovechar este mes al máximo, así como he aprovechado mi vida hasta ahora, e ir preparándome para la nueva vida que me espera alejada de todo lo que me ha dado la confianza y el amor que necesito para ser yo misma. Ojalá y nada cambiara. Ojalá y mi nueva vida fuera al menos tan buena como la que tengo.

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