20.1.15

Felicidad, qué bonito nombre tienes.

Son las 1:55 de la madrugada, Fuenlabrada, Madrid, mi cama y yo. Acabo de sentir un arrebato de felicidad inmensa y necesitaba compartirlo, o quizás también plasmarlo para recordarlo en un futuro más oscuro. Dicen que la felicidad es efímera, que se mide por momentos, y que nadie alcanza la felicidad plena y prolongada. Yo, ahora mismo, soy feliz. Tal vez mañana al despertar esté contenta, pero no sea feliz. Tal vez vuelva a serlo por la tarde, o no vuelva a serlo hasta dentro de unos días. Quién sabe. Por eso mismo, por ese "quién sabe", quería dejar claro que en este preciso instante lo soy. Pero, ¿Por qué? Bueno, la felicidad a veces viene sin motivo alguno, pero en este caso tengo claros los motivos.



Si me voy a mi última entrada de blog, de Agosto del año pasado, sólo veo temor: a lo desconocido, al futuro, al rechazo, a cambiar de vida... Ahora, cinco meses después, lo único que me llena son las ganas de vivir, de vivir esta aventura que sin duda está siendo la mejor de mi vida, y por la que he luchado tanto. Estoy estudiando la carrera que siempre he deseado, aprendiendo cosas maravillosas que me motivan a seguir esforzándome y trabajando por labrarme ese futuro que tanto ansío. Estoy en Madrid -y quién me lo iba a decir a mí, la chica que fantaseaba con estudiar aquí, que finalmente lo conseguiría-. Me siento llena de felicidad, realizada, porque el esfuerzo tiene su recompensa, y esta es la más grande que podía adquirir. Todo tiene su parte mala. Estoy a cientos de kilómetros de mi familia, sin la cual nada habría sido posible, y de mis amigos, que me han acompañado toda una vida y siguen haciéndolo, aunque en la distancia. Me duele muchísimo estar tan lejos de ellos. Mi familia es el pilar más grande de mi vida, y cuando aquí me vengo a bajo me duele en el alma no poder apoyarme en ellos. Sin embargo, esta aventura me ha brindado cosas maravillosas, no sólo en el sentido educativo y profesional, si no socialmente. He conocido a personas a las que puedo llamar sin ningún miedo amigas, con las que puedo ser yo misma y mostrarme tal y como soy, con mis pros y mis contras, con las que he reído hasta llorar, y con las que espero seguir viviendo grandes momentos en estos cinco años de carrera, y ojalá aún después. Y quizá es pronto, pero me atrevo a decir que he encontrado el amor, o el amor me ha encontrado a mí, quién sabe. Destino, suerte, casualidad... pero con nadie he conseguido jamás sentirme tan bien como me siento, tan clara y transparente, tan viva. Y ojalá esta vez no me equivoque, ojalá no vuelva a volver a escribir poemas tristes y estúpidos sobre la chica a la que nadie se atreve a querer.

Madrid... qué de sorpresas me has traído, cuando hace unos meses me moría de miedo al pensar lo que me esperaba. Tenía pánico, auténtico pavor, sobre todo a ese rechazo que todos tememos, a no encajar, o a no encontrar aquello que venías buscando. Supongo que es algo que nos toca sufrir aún más a aquellas personas que somos más cerradas, que nos cuesta un mundo entablar una conversación con personas desconocidas, y aún más lograr tener una confianza que te permita mostrarte tal y como eres. Tenía claro que no lo conseguiría, soy idiota, soy incapaz de hacer amigos por mi cuenta, pero esta vez lo he conseguido. He conseguido tantas cosas en estos meses que sería estúpido no sentir felicidad por cada uno de mis recovecos. Logré estudiar la carrera de mis sueños, en Madrid. Logré independizarme con el único problema de echar demasiado de menos a los que siempre he tenido a mi lado. Logré conocer a gente parecida a mí, mostrarme tal y como soy con ellos, y sentirme integrada. Logré un amor correspondido, yo, aunque parezca increíble (Es increíble). He logrado superar el primer cuatrimestre de la carrera con unas notas muy buenas, y sigo con ganas de seguir logrando cosas, de superarme, de aprender, de amar, de vivir... Soy tan feliz, que lo único que puede echarme abajo es el hecho de tener a mi gente tan lejos. Echo de menos mi tierra, el sur... pero Madrid me ha llenado de felicidad y pasión, en todos los sentidos, y espero poder continuar esta aventura con la misma ilusión que tengo en este momento.